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Características del MFC

1. Movimiento

2. Familiar

3. Cristiano

1. MOVIMIENTO

  1. El MFC es un Movimiento Apostólico que promueve los valores humanos y cristianos de la familia, a través de un proceso de autoevaluación o autoformación no escolarizado.

1.1. Movimiento dinámico

  1. Como todo movimiento es dinámico, esto es, que no está arraigado a las estructuras, tiene su propia mística y sus objetivos específicos y es evolutivo, pues se acomoda a las circunstancias del mundo y de la Iglesia.

1.2. Espiritualidad conyugal y familiar

  1. Parte de la espiritualidad conyugal y familiar abierta al mundo en el que vive y se organiza para contribuir a capacitar a sus miembros para un compromiso consciente y permanente con Latinoamérica y la Iglesia, empleando diversos medios, según lo requieran las familias concretas a las que sirve. Fomenta una actividad que deben desarrollar sus miembros y dirigentes los cuales buscarán formar una comunidad abierta y eficaz, difundiendo el amor vivido personal y comunitariamente.

1.3. Unidad latinoamericana

  1. La característica más esencial del MFC es su unidad latinoamericana, siendo uno en su estructura y en sus objetivos.

2. FAMILIAR

  1. Está integrado por familias, asesoradas por sacerdotes, formando conciencia de comunidad eclesial, con sentido misionero, en actitud de servicio a la Iglesia y al mundo. Así, esta comunidad trabaja, en medio de la gran comunidad, por medio de la familia en actitud de búsqueda, inspirada en el carisma de la familia.

3. CRISTIANO

  1. El MFC es un movimiento dentro de la Iglesia siempre renovada. Su razón de ser es asumir una parte de la misión de esa Iglesia, servidora del mundo.

3.1. Movimiento evangelizador

  1. Es un movimiento evangelizador que está unido a la jerarquía, pero no depende directamente de ella. Según el Concilio Vaticano II, hay dos tipos de Movimiento de Laicos:

1º Aquellos que la jerarquía asocia estrechamente a su misión, recibiendo el nombre de “Mandato”.

2º Aquellos “constituidos por libre elección de los seglares y dirigidos por su prudente juicio. En determinadas circunstancias, la misión de la Iglesia puede cumplirse mejor con estas obras” (Cfr. A.A. N°24).

El MFC pertenece a este segundo tipo, el cual supone unos laicos adultos y corresponsables en la misión de la Iglesia y una jerarquía en actitud abierta y no paternalista.

Nota: En 1989, la Confederación Internacional de Movimientos Familiares Cristianos (CIMFC), de la cual es parte el MFC Latinoamericano, recibió de la Santa Sede, mediante Decreto, reconocimiento canónico como “Asociación Internacional de Fieles de Derecho Privado” con base en los cánones 298 a 312 y 321 a 330 del Código de Derecho Canónico, o sea que “es un Movimiento Evangelizador que está unido a la jerarquía, pero no depende directamente de ella” (SuSuSu #72).

3.2. Comunidad misionera

  1. Esta comunidad cristiana del MFC debe ser misionera, anunciando la Buena Nueva en forma explícita, viva y comprometida.

3.3. Comunidad de fe

  1. Debe ser una comunidad de fe, acogedora de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia, expresada en la práctica de las virtudes evangélicas y el testimonio de una vida familiar.

3.4. Comunidad de amor

  1. Debe ser una comunidad de amor, que tiene su origen en la llamada del Señor, a ser signo eficaz y circundante del amor universal de Dios a los hombres y la unión de Cristo con su Iglesia.

3.5. Comunidad de oración

  1. Debe ser una comunidad de oración, para facilitar y aumentar la unión de sus miembros, convirtiéndose en un lugar de meditación de la Palabra y de la vida sacramental, para impulsar el compromiso apostólico y el testimonio de sus miembros.

3.6. Comunidad de evangelización y catequesis

  1. Debe ser una comunidad de evangelización y catequesis para las familias que lo forman y para la sociedad. El MFC debe ser faro y mensaje creíble por la autenticidad de su testimonio y la novedad de su carisma.

LIBRO SUSUSU

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Retiro de Kerygma Juvenil en Ciudad del Este

La Diócesis de Ciudad del Este vivió un fin de semana extraordinario con la realización del Retiro de Kerygma Juvenil, que se llevó a cabo del 30 de mayo al 1 de junio en la Casa de Retiro Padre Pedro Richards. Este encuentro espiritual reunió a 57 jóvenes participantes de cuatro bases pastorales de nuestra diócesis, creando un ambiente de oración, reflexión y crecimiento en la fe.

Un Fin de Semana de Gracia y Encuentro

Durante estos tres días intensos, los jóvenes de las bases Sagrado Corazón CDE, Niño Jesús, Virgen de Fátima y Espíritu Santo tuvieron la oportunidad de profundizar en el mensaje del Kerygma, experimentando de manera personal el amor transformador de Cristo. La Casa de Retiro Padre Pedro Richards proporcionó el marco perfecto para este encuentro, ofreciendo un ambiente de recogimiento y paz que facilitó la oración y la reflexión personal.

Liderazgo Comprometido y Experimentado

El retiro contó con el liderazgo excepcional de tres parejas de coordinadores, conocidos cariñosamente como “tíos”, quienes dedicaron su tiempo y experiencia para guiar a los jóvenes en esta experiencia espiritual:

  • Lilian y José, de la base Sagrado Corazón de Jesús CDE, aportaron su carisma y experiencia pastoral
  • Laura y Juan Pablo, de la base Niño Jesús, compartieron su entusiasmo y dedicación con los participantes
  • Bianca y Arnaldo, de la base Espíritu Santo, complementaron el equipo con su testimonio de vida y compromiso

Frutos de una Experiencia Transformadora

Los 57 jóvenes que participaron en este retiro vivieron momentos únicos de encuentro personal con Jesús, fortaleciendo su fe y renovando su compromiso como discípulos misioneros. El ambiente fraterno que se generó entre las diferentes bases demostró una vez más la unidad que nos caracteriza como movimiento.

Este tipo de experiencias son fundamentales para el crecimiento espiritual de nuestros jóvenes, ofreciéndoles herramientas concretas para vivir su fe de manera auténtica y comprometida en su vida cotidiana.

Gratitud y Proyección

Agradecemos profundamente a todos los coordinadores que hicieron posible este retiro, especialmente a las parejas que asumieron el liderazgo con tanto amor y dedicación. También reconocemos el compromiso de cada uno de los 57 participantes, quienes con su apertura y entusiasmo hicieron de este encuentro una experiencia verdaderamente transformadora.

Que los frutos de este Retiro de Kerygma Juvenil continúen manifestándose en la vida de cada participante, y que el fuego del Espíritu Santo que se encendió en estos días siga ardiendo en sus corazones, llevándolos a ser testigos valientes del amor de Cristo en sus comunidades.

¡Que viva Cristo Rey en el corazón de nuestros jóvenes!

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Taller de Actualización de Kerygma

Primer Módulo del Taller de Kerygma – MFC Paraguay
31 Mayo – 1 Junio 2025

Primer Módulo del Taller de Kerygma

Escuela MFC PY – Área Predicadores

📍 Casa de Retiro San Rafael – Congregación Verbo Divino

Una experiencia transformadora

El fin de semana del 31 de mayo y 1 de junio de 2025 marcó un hito importante en la formación de nuestros predicadores del Movimiento Familiar Cristiano de Paraguay. En la serena Casa de Retiro San Rafael de la Congregación Verbo Divino – Arquidiócesis, se llevó a cabo el primer módulo del Taller de Actualización de Kerygma, dando inicio a un proceso formativo que promete profundizar la capacidad evangelizadora de nuestros hermanos predicadores.

🎯 Objetivo del primer módulo

Este encuentro inicial tuvo como propósito establecer las bases sólidas para la actualización del mensaje kerygmático, proporcionando a los participantes las herramientas necesarias para una predicación más efectiva y contextualizada en nuestros tiempos.

🎓 Actividades desarrolladas

📖 Profundización teológica

Estudio intensivo del mensaje esencial del Kerygma cristiano y su relevancia en la evangelización familiar contemporánea.

🔄 Actualización metodológica

Renovación de conocimientos y técnicas de predicación adaptadas a los desafíos pastorales actuales.

💬 Intercambio fraterno

Espacios de diálogo para compartir experiencias, testimonios de fe y mejores prácticas en el ministerio de la predicación.

🤲 Fortalecimiento comunitario

Actividades diseñadas para fortalecer los lazos de comunión y colaboración entre los predicadores del movimiento.

🔥 Renovación del compromiso

Momentos de oración y reflexión para reavivar la pasión evangelizadora y el compromiso con las familias.

🙏 Dimensión espiritual

Celebraciones eucarísticas, adoración al Santísimo y momentos de oración personal y comunitaria.

🏡 El ambiente propicio

La Casa de Retiro San Rafael proporcionó el marco perfecto para este encuentro formativo. Su ambiente de recogimiento y paz, rodeado de la naturaleza y con espacios diseñados para la oración y la reflexión, permitió que cada participante pudiera abrirse plenamente a la acción transformadora del Espíritu Santo.

🌟 Testimonios de los participantes

“Este primer módulo nos ha recordado la belleza y la urgencia del mensaje kerygmático. Nos vamos renovados y con herramientas concretas para ser mejores predicadores en nuestras comunidades.”

– Participante del taller

Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura

Marcos 16,15

📈 Proyección y continuidad

Este primer módulo representa solo el comienzo de un proceso formativo integral. Los participantes han demostrado un entusiasmo y compromiso que augura excelentes frutos para los próximos encuentros. El programa completo está diseñado para proporcionar una formación progresiva y sistemática que responda a las necesidades pastorales actuales.

🗓️ Próximos módulos

La Escuela MFC PY del Área Predicadores continuará con los siguientes módulos del taller, manteniendo la misma calidad formativa y el ambiente de fraternidad que caracterizó este primer encuentro. Las fechas se anunciarán próximamente.

💙 Agradecimientos

Expresamos nuestra profunda gratitud a todos los facilitadores, organizadores y participantes que hicieron posible este primer módulo. Su dedicación, entusiasmo y apertura son testimonio vivo del amor de Cristo que nos impulsa a seguir predicando la Buena Nueva en nuestras familias y comunidades.

Facilitadores Organizadores Participantes Casa San Rafael Congregación Verbo Divino

🌟 Oración final

Que el Señor continúe bendiciendo abundantemente el ministerio de nuestros predicadores y que el fruto de este primer encuentro se multiplique en cada hogar y corazón que toquen con su testimonio, mientras esperamos con expectativa los próximos módulos de formación.

🚀 ¡El camino continúa!

Este es solo el primer paso de un hermoso camino de formación. Te invitamos a seguir acompañándonos en los próximos módulos y a ser parte de esta renovación evangelizadora.

¡Que viva Cristo Rey!

¡Que viva la Virgen de Caacupé!

Movimiento Familiar Cristiano – Paraguay

Área Predicadores – Escuela MFC PY

Junio 2025 | Casa de Retiro San Rafael – Congregación Verbo Divino

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El MFC y la nueva evangelización

Es una exigencia de los movimientos familiares presentar un Cristo auténtico dentro de la Iglesia por Él fundada y servir a la gente como verdaderos caminos de santidad. Ciertamente, hay familias “sanas y fuertes” que son objeto y sujeto de evangelización, pero también crece el sector de familias con dificultades. Desde la “opción preferencial por los pobres”, los movimientos familiares encuentran allí un campo propicio para la Nueva Evangelización.

Es por eso que la metodología de la Nueva Evangelización aplicada a la Pastoral Familiar, de la que el MFC es parte, apunta a lo grupal y participativo, donde se aporta la vivencia de las propias realidades y se ayudan unos a otros, iluminados por la Palabra de Dios, a encontrar las respuestas y los compromisos a que los llama la fe.

Es entonces, desde el núcleo familiar, donde se proyectan con fuerza a cambiar el mundo desde dentro. Por ello, al “hacer de la Iglesia la casa y la escuela de comunión”, ¡con qué fuerza deberá tomarlo la familia como “Iglesia Doméstica”, para ser la matriz de donde se alimenta esa espiritualidad que irradia al cuerpo eclesial y al mundo entero! El MFC no puede quedar afuera ignorando estas realidades.

Debe, una vez más crear un espíritu crítico para analizarlas, con técnicos que tengan en cuenta los valores éticos, morales y lo que la Iglesia ya haya aportado dentro de su magisterio, para ser portadores de la palabra justa y sensata, que promueva siempre una opinión formada que responda al Mensaje de Salvación.

El MFC tampoco debe quedarse en proteger a las familias contra las influencias disgregadoras que el mundo ejerce sobre ellas, sino preparar a las familias para que se incorporen críticamente al mundo, siendo parte de sus estructuras sociales intermedias, influyendo en las actividades educativas, políticas y promocionales en búsqueda de transformaciones sociales capaces de permitir que todas las familias se realicen plenamente como auténticas familias.

El progreso de las ciencias humanas y de la técnica, la complejidad del mundo moderno, su acelerada evolución y rápidas transformaciones que alteran los valores sociales, culturales y religiosos, obligan al MFC a mantenerse en atenta observación crítica de esos fenómenos, analizándolos permanentemente, para descubrir las respuestas que cada momento exige. (Aquí y ahora #3).

OPCIÓN PEDAGÓGICA

    Todo esto tiene que ver con la opción pedagógica que el MFC asume para su misión evangelizadora “anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios, que se hace presente en el mundo cada vez que la Justicia y la fraternidad irrumpen y se manifiestan donde predominaba la injusticia, el desamor, la dominación y la opresión.

    Se trata de comunicar a todos que el Plan de Dios para los hombres es su plena humanización. Con ella se edifica el Reino anunciado, que solo se realizará a plenitud al final de los tiempos, pero que se va haciendo en el curso de la historia mediante conquistas parciales y limitadas. El MFC proclama que aunque el Reino en su plenitud sea un don de Dios, su construcción a lo largo de la historia es una misión delegada al hombre.

    Considera, al mismo tiempo, que no existen acciones neutras en la búsqueda de soluciones para los problemas humanos; toda solución será siempre más o menos humanizadora o deshumanizadora. De este modo, no hay separación posible entre fe y vida; todas las acciones humanas están referidas a la construcción del Reino de Dios, contribuyendo o conspirando contra la realización del proyecto de Dios.

    Por esto, el MFC, en su acción pedagógica, busca la integración entre fe y vida, superando toda forma de dualismo e iluminando la búsqueda de soluciones a los problemas humanos con la Palabra de Dios, la cual orienta siempre las acciones humanas hacia los caminos de humanización del hombre.

    Las referencias bíblicas sistemáticamente utilizadas para iluminar la búsqueda de soluciones a los problemas humanos, contribuyen a que los que participan en ella comprendan progresivamente la historia de la Salvación-Liberación. Así, la OPCIÓN PEDAGÓGICA del MFC es simultáneamente y en forma integrada, pedagogía de la fe cristiana, desde la Creación hasta la Salvación-Liberación de Jesucristo.

    Por ser un movimiento familiar, la familia y su problemática reciben atención especial en la acción pedagógica del MFC. Sin embargo, el MFC está igualmente atento al riesgo del “familismo” que pretende poner a la familia como fin de su acción. El objetivo final del MFC es el anuncio y la construcción del Reino; al movilizar y preparar a las familias para que sean efectivas y eficaces en esa misión, la familia no constituirá un fin en sí misma, sino un medio para la realización del objetivo final: la construcción del Reino.

    Para alcanzar ese objetivo, el MFC procura articular estrechamente el campo de la problemática familiar con el universo más amplio de la problemática social, denunciando los mecanismos socioeconómicos, políticos y culturales que condicionan el comportamiento y las relaciones al interior de la familia, que generan los problemas a los cuales se busca solución.

    Dicha articulación entre lo familiar y lo social debe motivar acciones concretas y efectivas por parte de las familias sobre el ambiente y las relaciones sociales más amplias, con el fin de neutralizar sus presiones disgregadoras, raíces de los problemas familiares.

    La comprobación de esas presiones disgregantes apunta hacia la responsabilidad social de la familia. Con ella se concreta su inserción en la misión de construir el Reino de Dios, asumiendo la lucha por la creación de una sociedad más justa y más fraterna, en la cual todas las familias tengan posibilidades de realizarse como tales y de cumplir su función social.

    En esta opción pedagógica del MFC, los destinatarios de su acción de formación son también sujetos del proceso. Corresponde a los agentes o animadores iluminar el camino, al asumir la función de integrar fe y vida, familia y sociedad. Esta perspectiva requiere metodologías adecuadas para la participación activa de todos los que están involucrados en el proceso pedagógico. La opción pedagógica del MFC se resume en la profunda interacción entre Fe y vida, entre el universo familiar y el social, que lleva a asumir libremente la responsabilidad de la construcción de un mundo más justo y más fraterno en la perspectiva de la fe” (Aquí y Ahora Nº 5).

    LIBRO SUSUSU

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    La solidaridad en el MFC

    La solidaridad es una virtud cristiana, la cual debemos aplicar en todos los actos de nuestra vida diaria. En el Evangelio observamos una total identificación entre Jesús y el pobre (Mt 25, 31-46). La solidaridad como valor fundamental de las personas ha estado presente desde el inicio de la Doctrina Social de la Iglesia (Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII en 1891) y ha logrado su máximo desarrollo en la encíclica Sollicitudo Rei Socialis (1987) de Juan Pablo II con la cual celebró los 20 años de Populorum Progressio (1967) de Pablo VI. En su encíclica, Juan Pablo II propone un nuevo sistema de valores basados en la solidaridad como actitud propia del que se siente responsable de los demás y nunca en competencia con ellos.

    1. SOLIDARIDAD EN EL MFC

    El MFC, a lo largo de medio siglo de apostolado familiar y en completa sintonía con la Iglesia Latinoamericana (Medellín, Puebla y Santo Domingo), ha asumido “el compromiso con la liberación y promoción integral del hombre que exige una doble acción: profética y liberadora, en una opción de preferencia y solidaridad con los pobres” (SuSuSu # 163) y esto se refleja en su opción pedagógica y en su proceso de formación.

    La situación económica, social, política y cultural existente en toda la región latinoamericana que hemos visto explicitada en otros capítulos de este Complemento está afectando negativamente la célula básica de la sociedad, lo cual nos indica claramente que nuestra misión de evangelización de las familias debe incrementarse, no disminuir.

    En el MFC la familia no es solo objeto de su acción pastoral, sino que también es agente de la misma. (SuSuSu #150) Por eso, al ingresar al MFC, la familia inicia un proceso de conversión que debe llevarla a actitudes concretas y a acciones apostólicas. En otras palabras, la familia se solidariza con la causa de Jesús, la construcción del Reino de Dios, que es la causa del MFC. Esta solidaridad implica no solo el compromiso social con nuestros hermanos más necesitados y la transformación de la realidad circundante, sino el compromiso con nuestro Movimiento que necesita del aporte voluntario y generoso de todos sus miembros para sostener su acción permanente a favor de las familias.

    2. COMPROMISO DE SERVICIO

    Dios nos regala a cada persona una serie de dones para que los desarrollemos y pongamos al servicio de los demás. “Que cada uno sirva a sus hermanos, según la capacidad que Dios le ha dado, como buen administrador de los varios dones de Dios” (1 Pe 4, 10). Tenemos dones o bienes materiales como el dinero y bienes humanos como la inteligencia, los conocimientos, tiempo y capacidad. Para poder cumplir con su objetivo de servir a la familia trabajando en su evangelización, el MFC ofrece a todos sus miembros la oportunidad de formarse en la acción para compartir con los demás su tiempo, sus capacidades y sus talentos. Servir es aprender a dar y recibir, es aprender a hablar y escuchar. Es aprender a ser solidarios sin crear dependencia. Servir en el MFC es seguir a Jesús. “A imitación del Hijo del Hombre, que no vino para que lo sirvan, sino a servir” (Mt 20, 28).

    En toda organización como en el MFC es imprescindible el relevo generacional en sus estructuras y en los servicios que presta. Hay que recordar que “la mies es mucha y los obreros pocos” (Mt 9, 37). Es el Señor que nos llama a trabajar por su Reino.

    3. USO CRISTIANO DE LOS BIENES MATERIALES

    En el MFC, el proceso de transformación que se opera en las personas debe llevarnos a ser HOMBRES Y MUJERES NUEVOS (SuSuSu # 146). Como en las primeras comunidades cristianas “donde no había ningún necesitado” (Hch 4, 34), en el MFC aspiramos a que, mediante aportes voluntarios y generosos de los miembros, se logren los recursos suficientes para cubrir las necesidades del Movimiento a todos los niveles (equipo base, zona, diócesis, país, SPLA) de manera que la falta de recursos no sea un obstáculo para llevar la Buena Noticia a todos los rincones del continente latinoamericano.

    Lo que cada miembro pueda ofrecer con amor, no importa si es poco, si lo ofrece con el sacrificio de sus propias necesidades, y no de lo que le sobra, su aporte será tan valioso como el de los demás (Lc 21, 1-4). Al administrar el dinero de todos, el MFC actúa como “nivelador” y signo de justicia. Cada quien aporta según sus posibilidades pero todos reciben las mismas atenciones y calidad de servicio (Preinscripción, MFC México).

    La característica más esencial del MFC es su unidad latinoamericana, siendo uno en su estructura y en sus objetivos (SuSuSu # 69). Por eso, El MFC Su Ser, Su Vida y Su Acción (#122) establece que “en los gastos del SPLA serán corresponsables los Equipos Nacionales, o sea, todos los miembros del MFC en Latinoamérica”.

    4. EXIGENCIAS DEL COMPARTIR

    El poner en común los bienes requiere, además de espíritu desprendido y solidario, cualidades de responsabilidad y de organización (comentario 758 Biblia Latinoamericana). Para poder realizar nuestra labor apostólica eficazmente, es recomendable que a todos los niveles del MFC se preparen y den a conocer los planes de trabajo y que se presenten con regularidad informes sobre su desarrollo y el uso de los bienes materiales.

    La solidaridad vivida como exigencia del Evangelio nos lleva, a través de nuestras obras, a ser coherentes con lo que decimos y hacemos, ayudando a que todos se sientan colaboradores en la búsqueda del bien común y en la construcción del Reino.

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    Campo de Acción del MFC en la Pastoral

    Movimiento Familiar Cristiano en América Latina

    2. CAMPO DE ACCIÓN EN LA PASTORAL

    La necesidad de la organización dentro de la Iglesia de una Pastoral Familiar, surge en América Latina, gracias al impulso y los aportes del MFC, por lo que es de rigor que el MFC permanezca integrado en la Pastoral de Conjunto. Debe intensificarse el esfuerzo del MFC por promover las vocaciones religiosas latinoamericanas, tanto misionales como laicales.

    El MFC Latinoamericano tiene bien definidos sus objetivos, carisma, mística, su vida, su ser y su acción en “EL MFC, SU SER, SU VIDA Y SU ACCIÓN”, asumido por la X AGLA en 1979 y editado en 1980. Sin embargo, por los grandes cambios del mundo en que estamos inmersos, creemos oportuna una puesta al día en su accionar.

    Es decir, las condiciones de dentro y fuera de la familia hacen que el MFC, como Movimiento que es, se mantenga actualizado a través de su historia para ser fiel a las necesidades de la familia y de la Iglesia en su acción evangelizadora, y ser así respuesta a los desafíos que nos plantean los nuevos signos de los tiempos, cumpliendo su misión profética.

    Numeral 153

    El campo de acción del MFC es la familia. Esta es una realidad viva y, por tanto, cambiante; es sujeto de todas las influencias y cambios de la sociedad; es nuestro primer campo de acción donde, con criterio amplio, abierto, lleno de fe y comprensión, debemos llevar nuestro mensaje de educación en el amor.

    2.1. Esta acción se dirige al interior de la familia:

    • Ayudando a los cónyuges a vivir el amor.
    • Ayudando a los padres e hijos a vivir la familia
    • Preparando a sus miembros para que den un testimonio de auténtica vida cristiana en lo personal, conyugal, familiar y social, dentro de los diferentes ambientes donde cada uno le corresponde actuar.
    • Ayudando a los novios y a los jóvenes a prepararse para la vida de familia.

    2.2. A través de la familia actuará en el campo social

    Numeral 154

    2.2.1. El MFC promoverá el campo de lo social a través de la familia:

    A) Concientizando:

    1. A la familia marginada sobre sus derechos y deberes.

    2. A las familias que tienen bienes de cualquier tipo, sobre la situación de injusticia, para que ellas contribuyan al bien de la comunidad con una actitud de servicio.

    B) Asumiendo posiciones políticas como colectividad, contra aquello que afecte a la familia.

    C) Mediante el testimonio de vida de sus miembros.

    D) Tratando de llevar a la práctica un cambio hacia un orden nuevo, para adecuarse al mundo y a la Iglesia en el momento actual y en la realidad latinoamericana.

    2.2.2 Promoviendo un laicado corresponsable que ayude a modificar las estructuras de la Iglesia.

    2.2.3 Estando conscientes de la posibilidad de ser usados como instrumento de entidades políticas e ideologías opuestas.

    3. AL INTERIOR DEL MFC COMO INSTITUCIÓN

    Numeral 155

    3.1. Formar y capacitar a sus miembros (matrimonios, viudas, jóvenes, separados), permanentemente y a todos los niveles.

    3.2. Fomentar la vivencia de la fe en equipos, para que formen verdaderas comunidades.

    3.3. Evangelizar a sus miembros para que lleguen a ser verdaderos evangelizadores.

    3.4. Promover a sus directivos laicos para que lleguen a ser verdaderos dirigentes y a los sacerdotes asesores, para que se desempeñen como tales en el ejercicio de su misión sacerdotal.

    3.5. Adecuarse al mundo y a las exigencias de la Iglesia actual, en la realidad latinoamericana. Esto exige de sus miembros una actitud permanente de conversión personal y familiar.

    La familia es la primera célula de la sociedad, foco de la educación y formación de los hijos, por lo tanto, es el centro de dicha Pastoral.

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    Servir a Dios juntos es una oportunidad para fortalecer el amor conyugal

    El matrimonio católico es mucho más que una simple unión entre dos personas; es un camino compartido hacia la santidad. Cuando dos corazones deciden recorrer juntos el sendero de la fe, descubren que servir a Dios en comunión no solo enriquece su vida espiritual, sino que también fortalece profundamente su vínculo conyugal. En este artículo, exploraremos cómo el servicio compartido a Dios se convierte en una poderosa oportunidad para cultivar y hacer florecer el amor matrimonial.

    El propósito compartido fortalece el vínculo

    San Juan Pablo II nos enseñaba que el matrimonio es una “comunión de personas” orientada hacia un fin común. Cuando los esposos dirigen su mirada hacia el mismo horizonte —el servicio a Dios y a los demás— experimentan una profunda unidad de propósito que trasciende las preocupaciones cotidianas.

    Esta misión compartida actúa como un poderoso adhesivo espiritual. Los esposos que sirven juntos a Dios:

    • Desarrollan una visión común de la vida
    • Alinean sus prioridades en torno a valores trascendentes
    • Construyen memorias significativas basadas en experiencias de servicio
    • Aprenden a depender mutuamente de sus dones complementarios

    El servicio revela nuevas facetas del cónyuge

    Cuando servimos junto a nuestro esposo o esposa, tenemos el privilegio de contemplar dimensiones de su persona que quizás permanecen ocultas en la rutina diaria. Ver a nuestro cónyuge, entregar su tiempo y talentos desinteresadamente por los demás nos permite admirarle desde una nueva perspectiva.

    María y José, voluntarios en el comedor parroquial durante cinco años, comparten: “Cuando veo a mi esposo consolar a una persona sin hogar con tanta ternura, redescubro por qué me enamoré de él. Su capacidad para ver a Cristo en los más necesitados me conmueve profundamente y renueva mi amor cada semana”.

    Aprendiendo a amar como Dios ama

    El servicio compartido se convierte en una escuela de amor auténtico. Al servir juntos, los esposos:

    1. Practican la generosidad mutua: El dar desinteresadamente a los demás cultiva la misma actitud dentro del matrimonio.
    2. Crecen en humildad: Reconocer las limitaciones propias y valorar las fortalezas del cónyuge en el servicio.
    3. Desarrollan la paciencia: El servicio a menudo presenta retos que requieren perseverancia y comprensión mutua.
    4. Fortalecen la comunicación: Coordinar esfuerzos de servicio exige una comunicación clara y constante.

    Formas concretas de servir juntos como matrimonio

    En la comunidad parroquial:

    • Servir en el MFC
    • Participar como matrimonio en la catequesis
    • Acompañar a parejas que se preparan para el matrimonio
    • Colaborar en la liturgia como lectores o ministros extraordinarios
    • Formar parte del coro

    En el hogar:

    • Crear un ambiente de oración compartida
    • Practicar la hospitalidad, acogiendo a personas solas o necesitadas
    • Educar a los hijos en la fe y el servicio

    En la sociedad:

    • Participar en proyectos de ayuda a los más vulnerables
    • Apoyar iniciativas que promuevan la dignidad humana y la familia
    • Defender la vida y los valores cristianos con el testimonio de su amor

    Los frutos espirituales del servicio compartido

    El matrimonio que sirve unido a Dios cosecha abundantes frutos:

    • Mayor intimidad espiritual: Compartir experiencias profundas de fe crea un vínculo que trasciende lo puramente emocional.
    • Resiliencia ante las dificultades: Las parejas que sirven juntas desarrollan recursos espirituales que les ayudan a enfrentar crisis.
    • Alegría auténtica: Como nos recuerda el Papa Francisco, “la alegría del amor se vive en medio del dolor y el sufrimiento, cuando amamos”. El servicio nos sumerge en esta paradoja evangélica.
    • Testimonio vivo para los hijos: Los niños aprenden el valor del servicio y el amor desinteresado al ver a sus padres entregarse juntos.

    Superando obstáculos

    El camino del servicio compartido no está exento de desafíos. Es común encontrar resistencias como:

    • Diferentes intereses o carismas
    • Limitaciones de tiempo por responsabilidades familiares
    • Desequilibrio en el compromiso

    Para superar estos obstáculos, es fundamental:

    • Discernir juntos, en oración, dónde Dios les llama a servir como matrimonio
    • Respetar también los espacios de servicio individual de cada cónyuge
    • Mantener un equilibrio entre el servicio externo y la atención a la propia familia
    • Evaluar periódicamente si el servicio fortalece o debilita la relación

    El servicio como camino de santificación conyugal

    El servicio compartido a Dios se convierte así en un camino privilegiado hacia la santidad matrimonial. Como nos recuerda San Pablo, “el amor nunca pasará” (1 Corintios 13,8). Cuando los esposos ponen sus dones al servicio de Dios y los demás, participan del amor eterno que es la esencia misma de Dios.

    Servir juntos no es solo una actividad que se añade a la vida matrimonial; es una dimensión esencial que revela y actualiza la gracia sacramental. Es, en definitiva, una oportunidad suprema para que el amor florezca y madure a imagen del amor divino.

    ¿Y tú? ¿Cómo estás cultivando el amor en tu matrimonio a través del servicio compartido? Te invitamos a reflexionar y dar el siguiente paso junto a tu cónyuge en este hermoso camino.